El impacto de la tecnología digital

1. Un impacto significativo

Lo digital no es inmaterial, tiene un impacto medioambiental, como todos los sectores de actividad. La concienciación sobre esta cuestión del público en general y de los actores del sector aumentó en 2018 y 2019 con la publicación de los estudios del Shift Project.

Estos documentos muestran que, a escala mundial, la tecnología digital representa algo menos del 4 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que puede compararse con el impacto de las flotas de vehículos ligeros (8 % de las emisiones de gases de efecto invernadero) o de la aviación civil (2,5 %).

El estudio de GreenIT.fr, basado en un ACV (análisis del ciclo de vida - véase el capítulo Medir el impacto de un SI) de tipo screening, incluye también una estimación del consumo de agua del sector digital mundial, evaluado en un 0,2 %. Esto puede no parecer mucho, pero el agua se consume localmente y la tecnología digital puede competir con otros usos como la agricultura, la alimentación doméstica o la industria, lo que puede resultar problemático en lugares donde este recurso escasea (por ejemplo, los estados desérticos americanos) o en épocas de sequía.

Otras fuentes tienen estimaciones diferentes debido a diferencias metodológicas y a fuentes de datos imperfectas. La energía digital representa entre el 2,1 % y el 3,9 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

En 2022 y 2023, la ADEME (la agencia francesa para el desarrollo y la gestión de la energía) y la ARCEP (Autoridad francesa reguladora de las comunicaciones electrónicas, el correo y la distribución de prensa) elaboraron conjuntamente, en tres lotes, un estudio del impacto de la tecnología digital en Francia, con un análisis prospectivo de su evolución.

Muestra que el sector digital (en Francia) representa 16,9 millones de toneladas equivalentes de CO₂ en emisiones de gases de efecto...

1. Producción de electricidad

Los dispositivos digitales consumen electricidad cuando se están usando.

La electricidad puede generarse a partir de diversas fuentes: carbón, gas, uranio, agua, viento, luz solar, etc. Algunas de ellas, sobre todo los combustibles fósiles (gas y carbón), pero también las presas, pueden movilizarse rápidamente para hacer frente a una fuerte demanda. Las energías renovables intermitentes (solar, eólica) dependen de los elementos: si es de noche o no hace viento, no hay producción; por lo que se necesitan otras fuentes para compensar.

No existe la energía limpia. Todas las fuentes de energía presentan inconvenientes. Los combustibles fósiles emiten muchos gases de efecto invernadero, la energía nuclear produce residuos peligrosos y de larga vida (aunque en pequeñas cantidades y parcialmente reciclables); y la energía solar y eólica requieren grandes cantidades de materiales. Por ejemplo, para sustituir la central de Fessenheim se necesitan 4.000 aerogeneradores, cada uno de los cuales requiere toneladas de hormigón y materiales compuestos para las aspas. Se necesita cobre para conectar cada panel solar y cada aerogenerador a la red eléctrica. Los paneles solares requieren mucha arena para el vidrio, silicio y otros materiales raros para la electrónica. Construir una presa hidroeléctrica significa inundar un valle. Por tanto, cada tipo de generación de electricidad tiene un impacto medioambiental diferente.

Emisiones de GEI por kWh de diversas fuentes primarias, según la base de datos empreinte de ADEME

Todas las fuentes de energía utilizadas por un país para producir su electricidad constituyen su combinación eléctrica. Como cada combinación eléctrica es diferente, el impacto medioambiental de la fase de uso de los dispositivos digitales es, por tanto, diferente según el país y el momento de uso.

Los datos sobre emisiones de gases de efecto invernadero son bastante fáciles de encontrar. La página web https://electricitymap.org/ ofrece incluso un mapa que muestra la intensidad de carbono de la electricidad en Europa en tiempo real. Francia aparece...

1. Fabricar un dispositivo high-tech: una tarea costosa para el medio ambiente

a. Importantes emisiones de gases de efecto invernadero

Shift Projet indica en su informe Lean ICT de 2018 que el 90 % de los gases de efecto invernadero emitidos por un smartphone a lo largo de su vida útil se emiten durante su fabricación. Si tenemos en cuenta los datos de la base empreinte de ADEME, encontramos una proporción similar del 87 % de emisiones durante la fabricación para un smartphone, alrededor del 74 % para un ordenador portátil y el 82 % para un televisor. Esta proporción es más equilibrada en el caso de aparatos mucho menos miniaturizados y que consumen más electricidad, como las secadoras y las lavadoras.

También hay datos sobre un ordenador de alto rendimiento donde domina ligeramente el impacto del uso.

Desglose de las emisiones de GEI por etapa del ciclo de vida de diversos aparatos eléctricos, según la base de datos empreinte de ADEME

En el caso de los dispositivos high-tech, con la excepción de los servidores, la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero proceden de la fabricación. Se necesita mucha energía para extraer y transformar los minerales metálicos y otras materias primas necesarias para fabricarlos.

También es necesario para producir, transportar y montar los componentes, y para transportar los propios productos acabados a la tienda. Esta energía no visible por el usuario se denomina "energía gris". A diferencia de la fase de uso, el impacto de esta energía gris es comparable al de otras actividades contaminantes que consumen combustibles fósiles, como los largos viajes en coche o en avión.

Comparación de las emisiones de GEI asociadas a la fabricación de dispositivos digitales con otras acciones cotidianas, según The Shift Project y la base de datos empreinte de ADEME

1. RAEE

Como todos los productos, los equipos digitales se convierten en residuos al final de su vida útil. Es lo que se conoce como RAEE: residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, que engloba todos los aparatos que se pueda imaginar, desde frigoríficos hasta teléfonos móviles y paneles fotovoltaicos. Según el último informe de la ONU, en 2022 se producirán 62 millones de toneladas, frente a los 34 millones de 2010. Esto representa 7,8 kg por persona en todo el mundo, con una distribución desigual según las regiones (de 17,6 kg en Europa a 2,5 kg en África).

Estamos viendo una mejora en el tratamiento de estos residuos. Según el mismo estudio, en 2019 se reciclaron correctamente el 17,4 % de residuos. Ahora se ha aumentado al 22,3 %. En el caso de los equipos informáticos, se estima que el 22 % de los equipos pequeños (en particular ordenadores y teléfonos) y el 25 % de las pantallas se procesan correctamente. El aumento constante de las normativas internacionales y locales, sobre todo en lo que respecta a la responsabilidad de las empresas productoras de RAEE, parece estar funcionando.

Tendencias mundiales en la producción de aparatos y residuos electrónicos...