Introducción a Linux
Los orígenes de Linux
El nacimiento de Linux es una historia de colaboración e innovación en el mundo de la informática. Todo empezó con Unix, un sistema operativo pionero desarrollado en las décadas de 1960 y 1970. Unix fue revolucionario para su época, ya que ofrecía un entorno multitarea y multiusuario que ayudó a influir en futuros desarrollos de sistemas operativos.
En los años 1980, la popularidad de Unix llevó a la creación de muchas variantes, pero la mayoría eran propietarias y caras. Como respuesta a esto, Richard Stallman lanzó el proyecto GNU (GNU’s Not Unix) en 1983, con el objetivo de crear un sistema operativo totalmente libre. Aunque GNU había desarrollado muchas herramientas de software, carecía de un núcleo (el corazón del sistema operativo) para completar el sistema.
Aquí encontrará una explicación más detallada de GNU y su filosofía, así como sus vínculos con Unix y Linux.
Filosofía GNU
Libertad de software: la filosofía de GNU se basa en la idea de que los usuarios de software deben tener la libertad de:
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ejecutar el software para cualquier propósito,
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estudiar el código fuente y modificarlo para que funcione como deseen,
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redistribuir copias para ayudar a otros,
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distribuir versiones modificadas para que la comunidad se pueda beneficiar de las mejoras.
Software libre: el término «software libre» (free software en inglés) se refiere a la libertad, no al precio. Se hace hincapié en los derechos y libertades de los usuarios, más que en el coste del software.
Copyleft: para proteger estas libertades, GNU utiliza un método llamado copyleft. El copyleft, típicamente plasmado en la Licencia Pública General de GNU (GPL), estipula que cualquier distribución de software derivado también debe conservar las mismas libertades, asegurando que el software siga siendo libre para todos los usuarios.
GNU y Unix
GNU se inspiró en Unix, un popular sistema operativo desarrollado en la década de 1970. Aunque es compatible con Unix, GNU no incluye ningún código de Unix y se desarrolló de forma independiente. Los diseñadores de GNU intentaron recrear la funcionalidad de Unix ofreciendo al mismo tiempo las libertades asociadas al software libre.
Linus Torvalds, un estudiante finlandés, empezó a trabajar en su propio núcleo en 1991, inicialmente como un proyecto personal sin grandes ambiciones. Este núcleo, que se convertiría...
Las distintas distribuciones de Linux
El concepto de distribución Linux, a menudo denominado simplemente «distro», se refiere a una versión del sistema operativo Linux que contiene el núcleo Linux (el corazón del sistema) y un conjunto de software de aplicación. Cada distribución es desarrollada y mantenida por una comunidad o empresa específica y está diseñada para satisfacer necesidades particulares o filosofías distintas. Las distribuciones pueden variar en cuanto a facilidad de instalación, tipos de gestores de paquetes, selección de software preinstalado, configuraciones por defecto y ciclos de actualización. Pueden estar optimizadas para distintos tipos de usuario, como principiantes, usuarios experimentados, empresas o incluso aplicaciones específicas como servidores o sistemas integrados.
La diversidad de distribuciones Linux ilustra la flexibilidad y riqueza del ecosistema de código abierto. He aquí seis distribuciones, presentadas según su antigüedad y popularidad, cada una con sus propias características, comunidades y filosofías, que ofrecen un amplio abanico de opciones a los usuarios, en función de sus necesidades específicas, nivel de conocimientos y preferencias personales. Tanto si busca una plataforma estable para un servidor, un sistema de escritorio fácil de usar o un entorno flexible para el desarrollo, hay una distribución de Linux para satisfacer sus necesidades.
1. Slackware
Slackware, fundada en 1993 por Patrick Volkerding, destaca por ser la distribución de Linux más antigua aún en funcionamiento. Encarna una filosofía única en el ecosistema Linux, haciendo hincapié en la sencillez, la estabilidad y la oferta de una experiencia Unix tradicional. Esta distribución es ideal para usuarios experimentados que prefieren un enfoque manual de la configuración del sistema, ya que ofrece una libertad casi total para adaptar el entorno a sus necesidades específicas.
A diferencia de muchas distribuciones modernas que favorecen las interfaces gráficas para la configuración, Slackware se mantiene fiel a sus raíces fomentando el uso de scripts y archivos de configuración basados en texto. Este enfoque garantiza al usuario un control total sobre el sistema, pero requiere un conocimiento profundo del funcionamiento interno de Linux. Los entusiastas de Slackware aprecian esta claridad, argumentando que les permite construir un sistema rápido, estable y adaptado a sus requisitos precisos, sin el software superfluo ni las dependencias innecesarias que se suelen encontrar en distribuciones más automatizadas.
Slackware es famosa por su fiabilidad, con pocos cambios entre versiones, lo que la convierte en una plataforma estable para desarrollo, producción y servidores. Sin embargo, esta estabilidad tiene un coste: los usuarios deben estar preparados para gestionar manualmente las dependencias de software y solucionar problemas sin las herramientas de configuración automatizada que se encuentran en otras distribuciones. Aunque esto puede echar para atrás a los nuevos usuarios, es precisamente este aspecto el que atrae a tecnófilos, desarrolladores y administradores de sistemas que quieren un control total.
Slackware es mucho más que una distribución de Linux; es una expresión de la filosofía del minimalismo y el control del usuario, que ofrece una potente plataforma para quienes estén dispuestos a invertir tiempo en dominar sus entresijos. Encarna el espíritu del «hazlo tú mismo» en el mundo Linux, permitiendo una personalización sin precedentes y un profundo conocimiento del sistema en su conjunto.
Para los puristas de la informática y los aficionados a Unix, Slackware representa un bastión de la auténtica experiencia Linux, un tributo vivo a los orígenes y tradiciones del sistema operativo.
2. Debian
Debian, iniciada en 1993 por Ian Murdock, es una de las distribuciones de Linux más influyentes y respetadas, famosa por su rigurosa filosofía de software libre, su estabilidad ejemplar y su seguridad. Está diseñada para ser un sistema operativo universal, adecuado para una amplia gama de usuarios y escenarios de uso, desde estaciones de trabajo a servidores y dispositivos integrados.
Una de las características más notables de Debian es su Advanced Package Tool (APT), que simplifica el proceso de instalación, actualización y gestión de software. APT automatiza el proceso de obtención, configuración e instalación de software, haciendo que el mantenimiento del sistema sea eficiente y fácil de usar, incluso para los usuarios menos experimentados.
Es conocido por sus rigurosas pruebas y por lanzar nuevas versiones sólo cuando están realmente listas, lo que se traduce en una estabilidad y fiabilidad excepcionales. Esto lo convierte en la opción preferida para entornos de servidores y usuarios que necesitan un sistema en el que puedan confiar para mantenerse en funcionamiento y seguro.
Debian también se distingue por la implicación de su comunidad. Gestionada y mantenida por miles de colaboradores voluntarios de todo el mundo, la comunidad de Debian se guía por el Contrato Social de Debian, que articula su compromiso con las directrices de software libre. También sigue las llamadas Debian Free Software Guideline (DFSG), asegurando que todo el software de la distribución principal se adhiere a estos principios.
La versatilidad de Debian se ve subrayada por su arquitectura multiplataforma, compatible con una amplia variedad de arquitecturas de hardware, lo que la hace adaptable a casi cualquier situación, desde ordenadores de sobremesa y portátiles hasta servidores empresariales, sistemas embebidos y mainframes.
Debian sirve como base sólida para muchas otras distribuciones de Linux, como Ubuntu, que construyen sus propios conjuntos de características aprovechando la estabilidad, arquitectura y repositorios de Debian. Esta influencia generalizada ha contribuido a un rico ecosistema de derivados de Debian, cada uno adaptado a necesidades específicas al tiempo que se beneficia de la sólida base de Debian.
Esta distribución encarna una combinación única de estabilidad, flexibilidad y principios éticos, convirtiéndola en la distribución elegida por aquellos que valoran la fiabilidad a largo plazo, la seguridad y el compromiso con los ideales del software libre. Su vasto repertorio de software, su amplia compatibilidad y su comunidad dinámica y comprometida aseguran a Debian un lugar preeminente en el mundo de los sistemas operativos de código abierto.
3. Red Hat Enterprise Linux (RHEL)
Red Hat Enterprise Linux (RHEL) es una distribución de Linux líder diseñada específicamente para satisfacer las demandas de los entornos empresariales. Creada en 1994, se ha consolidado como una plataforma esencial para servidores, superordenadores, sistemas en la nube e infraestructuras informáticas empresariales, gracias a su estabilidad, seguridad y ciclo de vida de soporte ampliado.
La reputación de RHEL se basa en su compromiso con la fiabilidad y robustez, ofreciendo actualizaciones y soporte hasta diez años. Esta longevidad del soporte proporciona a las empresas estabilidad operativa, minimizando los riesgos asociados a las actualizaciones de software y permitiendo una planificación a largo plazo más predecible y segura.
La seguridad es otra piedra angular, que incorpora políticas y mecanismos rigurosos para proteger los sistemas de vulnerabilidades y ataques. Esto se complementa con el programa de certificación de Red Hat, que garantiza que el personal y los sistemas cumplen las normas más estrictas de seguridad y rendimiento.
RHEL también ofrece un rico ecosistema de aplicaciones y servicios, con una extensa red de socios, proveedores de software independientes llamados Independent Software Vendor...